Como cada año, el último domingo de octubre volvemos al horario de invierno. Ocurrirá la madrugada del sábado 29 de octubre al domingo 30, momento en el que los relojes se atrasarán 60 minutos (a las 3:00 h volverán a ser las 2:00 h). Con el cambio de hora, amanecerá y anochecerá una hora antes, por lo que contaremos con menos luz solar diaria.

¿Qué supone el cambio? Además de que esa noche del 29 de octubre se convierte, automáticamente, en la noche más larga del año, es el día a partir del que aumenta la conducción nocturna y se reduce la visibilidad, dos factores que suelen relacionarse con una mayor frecuencia de accidentes de tráfico. Pero, ¿aumenta realmente el riesgo al volante? Presta atención, porque te vamos a dar la respuesta.
 

¿Se transforma nuestra actitud al volante con el cambio de hora?

La respuesta rápida es sí. Aumenta la sensación de cansancio, la irritabilidad, los cambios de humor y disminuye la atención. Todos estos efectos inmediatos que puede provocar el cambio horario afectan a tareas que requieren de concentración, como es la acción de conducir.

En los casos de la irritabilidad y los cambios de humor pueden producir un comportamiento agresivo en la carretera, con maniobras que no respetan la señalización, los límites de velocidad o la distancia de seguridad, multiplicando las posibilidades de sufrir un accidente de tráfico. En el extremo opuesto encontramos el cansancio o el déficit de atención, que pueden dar lugar al conocido como “accidente solitario”: un siniestro que solo involucra a un vehículo y se relaciona con la fatiga y el sueño del conductor.
 

Hasta diciembre, una hora y 10 minutos menos de luz diurna 

Además del cambio horario que resta una hora de luz diurna de reloj, desde el 29 de octubre, los días se irán reduciendo progresivamente hasta una hora y 10 minutos más en diciembre. Así, pasaremos de una media de 10 horas y 50 minutos de luz diurna (el 29 de octubre) hasta las 9 horas y 17 minutos de luz solar que sumará el 21 de diciembre.

Con el aumento del tiempo de conducción nocturna, se reducen la agudeza visual, la capacidad de reconocer colores y los reflejos. Resulta obvio que con estos cambios, se incrementa el riesgo de sufrir un accidente de tráfico, por lo que vamos a poner el foco en las principales claves que debes tener en cuenta para aumentar tu seguridad al volante:

  • Luces diurnas o de cruce. Circula con esta iluminación, que te permite ser visible a una distancia de 240 metros. Aunque la mayoría de coches cuentan con la tecnología de luces diurnas, que se encienden automáticamente con el motor, si tu vehículo no la tiene, acciona siempre las luces de cruce para conducir, aunque sea de día. Además, revisa que todas las luces del vehículo funcionan correctamente para verificar que ninguna está fundida y que los faros están bien regulados en altura.
  • Revisa el parabrisas y las lunas. A través del parabrisas recibimos el 90% de la información que necesitamos para conducir. Además, en él también se encuentran las cámaras de los sistemas de seguridad (ADAS) de ayudas de asistencia a la conducción, por lo que resulta obvio porqué es tan importante mantenerlo en perfectas condiciones. No hacerlo supone, además de poner en riesgo tu propia seguridad, sanciones de 200 € en caso de llevar la luna con daños, roturas o suciedad que dificulten la correcta visibilidad.
  • Evita distracciones y presta máxima atención a la carretera. Conducir con poca luz requiere el doble de nivel de atención para reaccionar a tiempo en caso de imprevistos al volante. 
  • Reduce la velocidad. Adapta la velocidad a las condiciones de iluminación de la vía y aumenta la distancia de seguridad para reducir el tiempo de reacción. Recuerda que es tu obligación mantener la distancia de seguridad con el coche que va delante: no hacerlo se considera una infracción grave sancionada con una multa de 200 € y la pérdida de cuatro puntos del carné de conducir.
  • El interior del coche, sin luz y sin calor. La falta de luz puede afectar al estado anímico y aumentar la sensación de sueño al volante. Para contrarrestarlo, lleva el habitáculo bien ventilado y no abuses de la calefacción: elige una temperatura en torno a los 22ºC y conduce con las luces del interior del coche apagadas.

Ahora que ya sabes todos los efectos que provoca retrasar el reloj en la conducción, pon en práctica todos nuestros consejos. Queremos que tus viajes en coche sean seguros también en horario de invierno para seguir acompañándote al volante. 🙂