Llevamos recorridos 17 años tras aquel temido 2000, que sería el fin del mundo, los ordenadores se volverían locos y un sinfín de cosas más que nos terminaría pasando. Y todavía parece que fue ayer cuando se estaba hablando de todo esto, lo que hará sentirse vieja a mucha gente. Pero nada más lejos de la realidad, pues como se suele decir, somos más experimentados y más sabios. Como les ocurre a los ingenieros de los fabricantes de coches, quienes además, deben estar un poco más locos que hace 17 años. ¿Por qué decimos esto? Pues porque durante todos estos años hemos visto cómo la potencia y las prestaciones de los coches han ido subiendo exponencialmente con cada nueva generación de modelos ya sean superdeportivos o coches para las masas. Automóviles con motores de 1.400 centímetros cúbicos sobrealimentados con 180 CV, otros con 900 centímetros cúbicos y hasta 105 CV gracias al turbo e incluso un motor de 1.500 centímetros cúbicos y sólo tres cilindros capaz de rendir 200 CV. Y estamos hablando de motores pequeños montados en coches ‘generalistas’. Pero todos ellos, coches rápidos. Muy rápidos.

Aunque a muchos ‘conspiracionistas’ les pese, el año 2000 no fue el fin del mundo, sino todo lo contrario. La evolución ha sido evidente y la ganancia en todos los sentidos, sobradamente clara. Si en el caso de los modelos populares el aumento de prestaciones es notable, en el mundo de los deportivos se coloca como surrealista. De hecho, lo aprendido con esos misiles con ruedas, se aprovecha para los coches más ‘normales’. Por eso hemos querido hacer una pequeña lista con los cinco superdeportivos más rápidos del mundo, a la venta durante estos últimos 17 años. No llegan a los más caros, pero no se quedan muy atrás.

Son máquinas para las que cualquier carretera o cualquier circuito se queda pequeño y sólo podrían dar rienda suelta a su potencial en lugares como el Anillo de Velocidad de Nardo, un circuito circular de 12 kilómetros de diámetro con la pista peraltada, que simula una recta infinita. Solo apta para los coches más rápidos.

9ff-GT9 VMax

9ff

La aparición del Bugatti Veyron con sus 1.001 CV desató una fiebre imparable por la potencia que provocó la aparición de disparates como este 9ff-GT9 VMax. Un monstruo construido partiendo de un modelo de Porsche, con 1.400 CV a 7.950 rpm y 1.158 Nm de par a 5.600 rpm.

El 9ff-GT9 es un modelo que databa de 2008 y que en 2012 recibió su última evolución, con un motor boxer de seis cilindros,. 4.200 centímetros cúbicos, dos turbos y potencia suficiente para acelerar de 0 a 100 en 3,1 segundos, de 0 a 200 km/h en 6,8 segundos y de 0 a 300 km/h en cerca de 13 segundos, anunciando una velocidad máxima de 437 km/h.

Hennessey Venom-GT

Los coches más rápidos del mundo

Hennessey Performance es una empresa estadounidense donde no saben muy bien lo que significa la palabra ‘cordura’. Son auténticos obsesos de la potencia y ofrecen un kit de preparación para diversos modelos americanos con el que llegan a la ‘mágica’ cifra de los 1.000 CV. Así que no podían faltar en este ranking de los más rápidos.

La joya de la corona es el Venom-GT, un proyectil desarrollado partiendo de un modelo de Lotus y que en febrero de 2014 alcanzó los 435 km/h en una pista de la NASA, aunque no fue reconocido por el libro Guinness. Una cifra que se consiguió gracias a un V8 biturbo de siete litros y 1.471 CV, pudiendo acelerar de 0 a 322 km/h en 12,8 segundos.

Koenigsegg One:1

Koenigsegg One:1

En el año 2014 y procedente de Suecia, llegó Koenigsegg con un de sus automóviles más brutales: el One:1. Una denominación poco convencional que sin embargo tiene todo su sentido haciendo referencia a la relación peso-potencia del coche: 1kg por caballo.

Los aficionados y la prensa especializada lo llaman el ‘megacar’, al ser el primer coche del mundo en rendir un Megavatio de potencia, equivalentes a 1.360 CV, que estarían encargados de mover 1.360 kg de peso. Un rendimiento extraído de un V8 5.0 sobrealimentado con el que acelera de 0 a 400 km/h en apenas 20 segundos y alcanza los 434 km/h.

Bugatti Chiron

Bugatti Chiron

El sustituto del coche que dio comienzo a la locura de la potencia, el Veyron, supone una vuelta de tuerca del coche que se presentó con aquel superdeportivo: velocidad y lujo máximos. Sirva como ejemplo que la velocidad máxima del Bugatti Chiron, 420 km/h, está limitada electrónicamente.

Para alcanzar esa velocidad emplea un motor con 16 cilindros en W, 8.000 centímetros cúbicos, cuatro turbo y tracción total para transmitir al asfalto los 1.500 CV que genera. Acelera de 0 a 300 km/h en 13,5 segundos y cuesta la friolera de 2,45 millones de euros.

SSC Ultimate Aero

SSC

SSC North America, una empresa que se conoció durante un tiempo como Shelby Supercars (de ahí el SSC) puso un día en circulación, allá por 2005/2006, el Ultimate Aero. Un coche que se creó expresamente para batir los registros del Bugatti Veyron con un motor V8 de 6,4 litros biturbo con 1.180 CV de potencia.

Los ingenieros prometieron 440 km/h, algo que nunca se cumplió, quedándose en 411,76 km/h aunque con truco. Para que Guinness lo incluya en el libro de los récords, hay que hacer dos pasadas en pista para eliminar variables y el SSC Ultimate Aero logró en la primera pasada 413,83 km/h, siendo ‘sólo’ de 409,71 km/h la segunda pasada. Se hizo una medio y dió como resultado los 411,76 km/h registrados.