Parece que el otoño se ha instalado entre nosotros y, con él, las primeras lluvias de la temporada que en algunos sitios de la península han sido algo más que simples chaparrones otoñales. Pues bien, para que el agua no nos pille desprevenidos al volante, hemos elaborado un pequeño pero imprescindible listado de consejos sobre cómo conducir con lluvia que nunca está de más recordar por estas fechas.
Antes de conducir con lluvia
- Neumáticos: unas ruedas en buen estado, con dibujo superior a 1,6 mm., relativamente nuevas (que no estén cuarteadas o cristalizadas) y con la presión adecuada, agarran mucho más y nos evitan el temido aquaplaning, subviraje o sobreviraje en las curvas, además de frenar en un menor tiempo y distancia. El estado de la suspensión también es clave en estos aspectos.
- Alumbrado: tan importante es ver como ser visto. Por eso, además de revisar faros y antinieblas, es primordial asegurarse de que luces traseras (pilotos) e intermitentes funcionen correctamente.
- Limpiaparabrisas: probablemente no se usen desde la anterior precipitación, que suele haber sido bastante tiempo atrás, por lo que con el sol del verano y el poco uso pueden haberse cuarteado y no barrer correctamente. Conviene revisarlos en la temporada de lluvia.
- Sistema de ventilación: es importante que funcione adecuadamente para evitar que se forme vaho en las lunas que disminuyan nuestra visibilidad.
En marcha bajo el agua de lluvia
- Luces: enciende las luces de cruce y los antinieblas si fuesen necesarios por la intensa lluvia.
- Velocidad: reduce la velocidad y evita los movimientos bruscos y frenazos.
- Distancia: aumenta la distancia de seguridad, que además de evitar el efecto spray del coche de delante, en caso de frenazo tendrás mayor margen.
- Aquaplaning: cuando los neumáticos son incapaces de evacuar el agua de la calzada, se produce una pequeña capa entre ellos ellos y el asfalto, provocando un deslizamiento del coche sin control. Ante esto, levanta suavemente el pie del acelerador (sin tocar el freno) y sujeta con fuerza el volante sin cambiar la trayectoria hasta que sientas que el coche vuelve a recuperar el contacto. Para prevenirlo en lo posible, evita las balsas de agua y charcos y circula por la parte más alta de la calzada o por la huella del coche que te preceda. Y mucho ojo en otoño con las lluvias torrenciales y las riadas.
Recuerda que estos consejos no son sólo para cuando caen aguaceros apocalípticos, sino también para pequeños chubascos y con las primeras gotas, cuando la carretera empieza a estar mojada y que, junto con la grasilla de los coches, gravilla, hojas secas de los árboles, etc. forma una verdadera pista de patinaje ante la cual hay que extremar las precauciones y realizar un mantenimiento preventivo.
Y si lo que de verdad quieres es un cambio de coche por uno más nuevo, más seguro o que directamente te guste más y se adecúe mejor a tus necesidades, no dudes en echar un vistazo a nuestro stock o pasarte por cualquiera de nuestros concesionarios en Madrid.
¡Te esperamos!