Apenas unos días después de que el anterior modelo cesara su producción, el pasado día 10 de abril se presentó el nuevo Ford Focus, la cuarta generación del compacto que tantos éxitos le ha dado a la marca desde 1998. Cuando este modelo se lanzó al mercado, llegaba para sustituir a toda una institución, al Ford Escort. Un coche que se había forjado una imagen casi irreprochable.
Ahora, con esta cuarta generación, el Focus se convierte en uno de los compactos más tecnológicos y avanzados del mercado. Se ha desarrollado partiendo de una hoja en blanco, con una aerodinámica muy cuidada y una imagen deportiva, pero elegante al mismo tiempo. El cambio a simple vista es apreciable, aunque no es tan fácil notar que el pila A (los del parabrisas) está más retrasado o que el frontal es más largo y con líneas más suaves.
Pero lo más importante de este nuevo Focus es su plataforma, la denominada C2, diseñada para productos globales. Gracias a esta platarforma, el nuevo Ford Focus pesa 88 kilos menos, pero también ofrece mayor espacio en el habitáculo ganando 50 mm para las rodillas en las plazas traseras y 60 mm a la altura de los hombros. Las delanteras crecen igualmente a la altura de los hombros, aunque en este caso casi centímetro y medio.
Además, esta nueva base, permite montar dos tipos de suspensión trasera. Las versiones menos potentes y todas las variantes de la carrocería familiar (Ford Focus Wagon), monta un sistema por barra de torsión, mientras que los más potente y el Focus ST-Line (Acabado más deportivo) usan un esquema independiente que puede, en opción, ser adaptativa.
Uno de los apartados que más han evolucionado en el superventas de Ford es el equipamiento tecnológico. Destaca principalmente por adoptar un sistema de conducción autónoma de nivel 2, que viene ser, básicamente, un control de crucero adaptativo con función de detención y arranque, más mantenimiento de carril y reconocimiento de señales. El control de crucero adaptativo funciona hasta velocidades de 200 km/h mientras que el sistema Stop % Go (función de detención y arranque), detiene el coche en retenciones y vuelve a ponerlo en circulación por sí solo, usando hasta el 50% de la fuerza de frenado total.
A esto debemos sumar el sistema de iluminación adaptativa y predictiva en curva, iluminación basada en señales, asistente de estacionamiento y un sistema de proyección de información head-up display por primera vez en un Ford europeo (la compañía es norteamericana y allí ya lo emplean desde hace tiempo). Importante y completamente recomendable es el asistente de maniobras evasivas o el aviso de objeto en el ángulo muerto de los espejos. Si el comprador tiene hijos, el Ford MyKey ofrece la posibilidad de programar restricciones para llamadas entrantes, límites de velocidad e incluso posición de los asientos (si equipan regulación eléctrica).
La gama de motores se componen de cinco opciones de gasolina, basadas en dos bloques, mientras que la gama diésel ofrece tres opciones partiendo de dos bloques. En gasolina, se podrá elegir el 1.0 EcoBoost de tres cilindros con potencias de 85, 100 y 125 CV. Todos con desconexión de cilindros y cambio manual de seis relaciones, así como el 1.5 EcoBoost en 150 y 182 CV. En diésel, se podrá optar por el 1.5 EcoBlue con 95 o 120 CV, mientras que la versión más potente corresponde al 2.0 EcoBlue de 150 CV. Nuevamente con cambio manual de seis relaciones. Los motores de gasolina de 125 y 150 CV tiene en opción el cambio Powershift de doble embrague, un extra que también puede equipar los diesel de 120 y 150 CV.
El habitáculo cambia tanto como el exterior, pero además cuenta con los últimos sistemas de conectividad: Apple CarPlay, Android Auto, acceso WiFi para 10 dispositivos, equipo multimedia SYNC 3 o un equipo de sonido B&O Play, con 675 vatios de potencia, 10 altavoces y un subwoofer de 140 milímetros.
Como novedad absoluta en el nuevo Ford Focus, encontramos la versión ‘Active’. El Focus se convierte en un crossover cuya carrocería tiene protecciones plásticas en color negro, 30 milímetros más de altura respecto al suelo y un frontal específico. Todo para seguir siendo uno de los vehículos más vendidos de los últimos años.