Los coches autónomos cada día están más cerca. Y son la prueba palpable de que los automóviles cambian a una gran velocidad. Muchos fabricantes están invirtiendo dinero a espuertas en el desarrollo de esta tecnología a pesar de que todavía falta un convencimiento total de los usuarios y una legislación adecuada. Hay quien dice que en 15 o 20 años, estará prohibido conducir como lo hacemos actualmente, un duro golpe para lo que disfrutan manejando sus automóviles y aunque no sabemos si dicha norma será totalmente llevada a cabo, ya podemos comprar coches semiautónomos que son capaces de circular por autopistas por su cuenta y riesgo.
No obstante, tenemos una nueva pega que se han encontrado durante el desarrollo de estos coches que se conducen solos. Ford se ha dado cuenta que sus ingenieros se duermen de puro aburrimiento a los mandos de las ‘mulas de pruebas’. Puede parecer algo totalmente de broma, algo gracioso, pero se trata de un suceso bastante grave y que tendría réplica, indudablemente, en la vida diaria. El supino aburrimiento que lleva la inactividad terminará provocando que los ocupantes de un coche autónomo se duerman completamente. El ‘conductor’ debe supervisar el funcionamiento en algunos coches autónomos, llevándole a actuar únicamente en caso de imprevisto.
Este descubrimiento, que no debería ser tal pues los casos de insomnio al volante se dan más de lo que nos gustaría en autopistas precisamente, por la monotonía de su trazado y condiciones de conducción, obliga a Ford a retrasar el lanzamiento de sus coches autónomos hasta que no se resuelva este problema. Por ahora, se han probado diferentes sistemas para que los ingenieros no se duerman, desde alarmas, hasta señales luminosas, asientos que vibran, zumbadores e incluso un ingeniero como copiloto que curiosamente, también terminaba durmiéndose.
Una ley en Estados Unidos regula la venta de coches autónomos y los divide en 6 niveles que van desde el ‘nivel 0’, donde el conductor tiene que hacerlo todo, hasta el ‘nivel 5’, donde el humano es un simple pasajero y no tiene nada que hacer. Los problemas que se ha encontrado Ford comprometen la venta de coches autónomos de ‘nivel 3’, donde se requiere la supervisión por parte del conductor para que los sistemas funcionen correctamente.
Ford está tomando una decisión al respecto, que por ahora conlleva el abandono del desarrollo de este tipo de vehículos autónomos y centrarse en los de ‘nivel 4’ y ‘nivel 5’. Pero es un caso que no sólo afecta al constructor americano, todos los fabricantes involucrados con este tipo de vehículos se encontrarán con el mismo problema, pues la inactividad termina por aburrir a los ocupantes y el sueño hace acto de presencia. Siempre y cuando, claro está, que se descubra alguna forma de evitar la somnolencia…