En Europa, aparte del arrollador éxito que atesoran los SUV, competir en el segmento de los compactos en adentrarse en una lucha sin cuartel. El más mínimo error te deja en la estacada permitiendo que los rivales pasen por encima. Y un error puede ser no ofrecer el sistema electrónico de moda, tener una pantalla que no es táctil en el salpicadero o, incluso, que sea muy pequeña. Minucias que en el fondo no enturbian el funcionamiento general de ningún coche ni afecta a ciertos apartados como la calidad de fabricación, pero que en un mercado obsesionado con los cachivaches, puede llevar a perder un buen pellizco en ventas. Un suceso que ha provocado que los fabricantes no se la jueguen en exceso cuando llega el momento de renovar un modelo a mitad de vida comercial. Cuando es el momento del típico restyling vamos, el cual se está empleando para dar pequeñas pinceladas cosméticas y añadir el equipamiento de moda en ese momento. También se aprovecha para añadir algún cambio técnico que mejore el comportamiento y la eficiencia del modelo, pero sin que nada llegue a cambiar en exceso. Todo debe quedar casi calcado. Precisamente es la fórmula que empleada para el lavado de cara del Peugeot 308, aunque la firma francesa lo define como ‘nueva generación’.
No es, ni de lejos, una nueva generación, apenas se le puede diferenciar del actual y los cambios que trae el modelo son mínimos, pero aquí manda el marketing y una nueva generación siempre vende. Realmente sólo cambia lo justo para aguantar el tirón hasta que llegue finalmente el sustituto real dentro de unos años.
Los mayores cambios que presenta el Peugeot 308 se centran en una nueva motorización, un cambio automático de ocho relaciones y toda la tecnología referente a las asistencias de conducción del Peugeot 3008. El nuevo motor tampoco se puede decir que sea realmente nuevo, sino una revisión completa del PureTech 130 para cumplir con la nueva normativa Euro 6c para control de las emisiones ‘reales’, así como una nueva caja de cambios manual de seis relaciones. En diésel. el equivalente BlueHdi de 130 CV se somete también a una revisión con el mismo objetivo en mente: superar la nueva Euro 6c. Respecto al nuevo cambio automático, fabricado por la japonesa Aisin, sólo estará disponible para el diésel de 180 CV con acabado GT y trabaja mediante convertidor de par.
Su diseño recibe nimios retoques como un nuevo capó, una nueva rejilla en la parte baja del paragolpes delantero y unos faros con nueva ‘firma lumínica’ mediante LED. Son tan discretos e insignificantes, que la propia marca ha facilitado únicamente dos fotos, una de la berlina de cinco puertas y otra del familiar, del mismo color, con el mismo ángulo y hasta complicado de diferenciarlos.
En el fondo, lo más importante es la adopción de los últimos desarrollos en cuanto a sistemas de seguridad que como hemos dicho, los toma prestados del SUV compacto de la marca, el Peugeot 3008. Un paquete de sistemas que abarca cosas como el freno automático de emergencia, aviso por cambio involuntario de carril, cámara de marcha atrás con asistente de aparcamiento así como el control de crucero adaptativo con función Stop&Go (para los automáticos). Se completa con la función Mirror Screen (MirrorLink, Android Auto y Apple Car Play) y el navegador 3D con mando por voz entre otras cosas.