McLaren acaba de presentar uno de sus modelos más radicales y deportivos hasta el momento. Un coche que no sólo sorprende por lo espectacular de su imagen, sino también por su denominación: McLaren Senna. Un sentido homenaje que además, llega con potencia. Es una locura, una barbaridad de la que sólo existirán 500 ejemplares.
La prensa internacional, tanto en formato digital como impresa, ha estado pendiente de la marca británica durante mucho tiempo. Se sabía que andaban con las manos en la masa desarrollando dos modelos. Uno de ellos, llamado (al menos por el momento) BP23, representa una vuelta de tuerca al concepto que inició el McLaren F1 en los años 90: el puesto de conducción en el centro. El otro prototipo conocido y que la propia marca había anunciado, es el McLaren P15. Un miembro de lo que la marca llama ‘Ultimate Series’.
Los Ultimate Series de McLaren son modelos hiperdeportivos. Coches sin concesiones con el único objetivo de ser los más rápidos del mundo. El famoso McLaren P1 es miembro de tan selecto grupo y ahora, el P15 le acompañará. No obstante, la denominación de ‘P15’ es interna, es el nombre que recibe el proyecto dentro de la marca, el nombre definitivo es McLaren Senna. Un nombre que tiene mucho peso en la historia de la competición automovilística.
Ayrton Senna, piloto de Fórmula 1 fallecido en 1994 durante una carrera, está considerado como uno de los mejores pilotos de todos los tiempos. Fue tres veces Campeón del Mundo de la categoría y las tres veces, a los mandos de un McLaren. Es lógico que la marca haya elegido su nombre para denominar un nuevo modelo y uno además muy especial. Senna era famoso por su concentración y su preparación para cada carrera. Su intención, su forma de pensar, le hacían concentrarse al máximo en un solo propósito: ser el más rápido sobre la pista en cada carrera. El McLaren que lleva su nombre, llega con la misma intención.
No obstante, aunque todo en este coche se ha desarrollado para ser el más rápido en la pista, está homologado para circular por vías públicas. Debe ser todo un acontecimiento ver un coche como este rodando por las calles de cualquier barrio, pues su diseño se ha basado únicamente en los datos obtenidos del túnel de viento. Por eso es tan exagerado, tan radical. No hay concesiones.
Tampoco hay medias tintas en su motor. Un V8 4.0 biturbo de 800 CV y 800 Nm, unido a una caja de cambios de doble embrague y siete relaciones. Al estar construido con fibra de carbono en más de la mitad de los componentes (tanto carrocería, como chasis monocasco y la mayor parte del habitáculo se fabrica con fibra de carbono), su peso es muy contenido, quedándose en 1.198 kilos en secos. Así logra una relación peso-potencia de 660 CV por cada 1.000 kilos de peso y le permite acelerar de 0 a 100 en 2,8 segundos y de 0 a 300 km/h en sólo 16,5 segundos.
Hay mucha electrónica dando forma, por ejemplo, a los modos de conducción (Comfort, Sport y Track) y al sistema RaceActive Chasis Control II. Una gestión por ordenador que regula y controla el comportamiento de chasis modificando el tarado de las suspensiones hidráulicas y la incidencia de los elementos aerodinámicos activos.
Sólo habrá 500 unidades del McLaren Senna, cada una a un precio de 853.000 euros.