El caso de la falsificación de las emisiones por parte de Volkswagen levantó la mosca en el sector y todo el tema de los motores diésel y las emisiones se puso un poco tenso. Se ha hablado largo y tendido sobre el asunto y sobre las repercusiones que podría tener, como el estudio y vigilancia de todos los fabricantes o el establecimiento de unas normas de homologación más duras y reales. Volkswagen todavía sigue inmersa en el problema y la cuantía de las multas y denuncias quita hasta el sueño, pero el tema no acaba con ellos, sino que hay más marcas que se han visto involucradas. La última ha sido Mitsubishi, quien parece ser lleva 25 años falseando datos de consumos y emisiones. Desde 1991 mintiendo, que se dice pronto.
Fue Nissan quien destapó la falsificación de las emisiones al desarrollar el sustituto de uno de sus modelos, el Nissan Dayz y Dayz Roox, un modelo encuadrado dentro de lo que se conoce como “kei car” que se venden en exclusiva en Japón. Este coche es suministrado por Mitsubishi y por tanto son estos y no Nissan los responsables de certificar los consumos y emisiones. En total, han sido 468.000 unidades del Dayz y Dayz Roox los afectados.
Esto conllevó que Mitsubishi finalmente confesara que efectivamente habían falseado los datos afectando a un total de 625.000 coches, aunque por suerte para nosotros, son unidades vendidas únicamente en Japón, modelos “kei car” todos ellos. Esto a su vez, provocó que sus valores en bolsa cayeran hasta un 17% y Nissan terminará adquiriendo un 34% de dichas acciones, convirtiéndose en el accionista mayoritario, algo que si eres de los que piensan mal, te puede incluso mosquear.
Dejando esto de lado, es un tema que no vamos a tratar, hay que centrarse en lo ocurrido y en lo que Mitsubishi tendrá que afrontar. Por lo pronto, han anunciado que destinarán 50.000 millones de yenes, unos 425 millones de euros, a compensar a todos los clientes afectados por la falsificación de las emisiones, que se centraban en un cálculo teórico de los consumos y no en pruebas reales.
Siendo claros con todo el tema, la cifra a invertir es mucho más baja que la necesaria por Volkswagen, que si recordamos han tenido que pedir un préstamo por 20.000 millones de euros para hacer frente a lo que se avecinaba e incluso se ha barajado la posibilidad de vender una de las marcas que forman el Grupo Volkswagen-Audi para tener más liquidez. Es más, se está estudiando reducir la gama en torno a 40 modelos. El problema es que Mitsubishi es un fabricante mucho más pequeño que Volkswagen y la cifra ha supuesto un batacazo.
De esos 50.000 millones de yenes, a cada afectado le corresponden 100.000 yenes, que al cambio son unos 850 euros, recibiendo también por otro lado la diferencia de costes de gasolina e impuestos. Otros 30.000 yenes, alrededor de 255 euros, serán para los propietarios de cinco modelos en los que también se había manipulado el cuentakilómetros. Ahora solo falta que terminen de estudiar cómo pagarán a proveedores y otros afectados.
Y no creáis que esto termina aquí, veremos más noticias de este estilo con otros fabricantes afectados.
Javi Martín