La Unión Europea está muy seria con el sector del automóvil y sus efectos contaminantes. Y no solo afecta al combustible diésel, al que está restringiendo cada vez más sus ventas y desarrollo para enfado de fabricantes y otros representantes del sector, sino que también atañe a los neumáticos. Concretamente a los neumáticos clase F, los menos eficientes del mercado, que pasarán a estar prohibidos a partir del 1 de noviembre. Solo su venta. No podrán comercializarse, aunque no se impedirá su circulación a quienes ya tengan una rueda de esta clasificación. Medida que se extiende, además, a los de clase E de camioneta cuyo coeficiente de resistencia sea superior a 9.
Los motivos no tienen que ver con la seguridad, aunque bien podría añadirse a la argumentación. La razón de prohibir los neumáticos clase F tiene que ver con cuestiones ambientales y de emisiones. Porque los neumáticos influyen decisivamente en el consumo de combustible y, por ende, en la cantidad de emisiones a la atmósfera que desprende un vehículo. Así, la UE clasifica las ruedas de la A hasta la G (la D no se ocupa), de mayor a menor eficiencia con respecto al medio ambiente, de forma que los neumáticos clase F acreditan un consumo de 10,6 a 12,0 kilogramos por tonelada, cuando los de clase A tienen baremos menores a 6,5. Para hacernos una idea, el paso de una a otra categoría implica un ahorro de aproximadamente 0,1 litros de combustible cada 100 kilómetros. Y entre la clase G y la clase A, los dos polos opuesto, hay una diferencia de 7,5% del consumo de combustible.
El director de la Comisión de Fabricantes de Neumáticos, José Luis Rodríguez, ha asegurado que “la legislación europea atribuye a los neumáticos de baja resistencia a la rodadura un papel esencial a la hora de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas del tráfico por carretera”, por lo que esta prohibición “contribuirá no solo a reforzar el papel del consumidor, sino a mejorar la calidad del aire que respiramos”. Hay que tener en cuenta que casi el 20% del consumo de combustible de los vehículos tiene estrecha relación con los neumáticos, tanto su estado general, desgaste, tipología o presiones.
Desde OcasionPlus somos partidarios de “calzar” a nuestros coches de ocasión con ruedas de mayor calidad que los neumáticos clase F, porque estos también implican una menor seguridad en la conducción. Por ejemplo, la diferencia de frenado en mojado entre la clase A y la clase F es de más de 18 metros, lo que en porcentaje significaría más del 25% de más para los neumáticos cuya comercialización a partir del 1 de noviembre queda completamente prohibida.