El Nissan Qashqai es el líder casi indiscutible del segmento SUV. Fue uno de sus mayores precursores hace nada menos que 10 años y actualmente es el rival a batir y el modelo en el que todos se fijan a la hora de desarrollar sus propias propuestas. Él y sólo él, ha sido el crossover que ha facilitado una de las mayores expansiones que se han visto en la industria del automóvil en los últimos años (sin contar con el motor diésel, claro).

La firma japonesa ya nos enseñó la renovación del modelo hace relativamente poco, que no es un coche 100% nuevo, sino el típico restyling de mitad de vida comercial aunque haya cambios destacables en diseño principalmente en el frontal, acompañado de pequeños detalles en la trasera, como los apliques cromados bajo el paragolpes o el diseño de los faros (que no su forma). Nissan ha querido darle mayor personalidad pero sin perder la esencia que ha hecho del Qashqai un éxito rotundo.

Por otro lado, ese tremendo éxito es un pequeño escollo cuando se trata de renovaciones. Siempre se ha dicho que si algo funciona, no lo cambies, pero como las renovaciones se hacen necesarias por temas de tecnología, mejoras en construcción y ese tipo de cosas, hay que calcularlo todo detenidamente. Por tanto, además del cambio estético, los nipones han efectuados cambios en el habitáculo mejorando los materiales e instalando nuevos asientos, un nuevo volante y una serie de cosas que hacen de la vida a bordo algo más apetecible.

Nissan Qashqai

Se podría destacar cosas como el nuevo equipo de sonido BOSE opcional, un nuevo interface para el sistema Nissan Connect, un navegador que ha visto mejorado su funcionamiento o sistemas como el ProPilot. Según la marca, se trata de la primera fase del proceso de adoptar la conducción autónoma mediante un sistema que no actúa si no lo activamos, lógicamente. Si el ProPilot está en funcionamiento, podrá controlar la dirección, aceleración y frenos para circular por el carril correspondiente en autopista, incluso con tráfico denso y altas velocidades. Para ello, basa su funcionamiento en tres sistemas adicionales: el asistente de mantenimiento de carril, el control de crucero inteligente y el piloto de atascos.

Bajo el capó, el nuevo Qashqai seguirá teniendo los mismos motores. La gama de gasolina se articula en torno a dos propulsores, el 1.2 de 115 CV (manual o automático) o el 1.6 DiG-T de 163 CV, mientras que la gama diésel hace lo propio en base a otros dos motores dCi de 115 y 130 CV. También estará disponible el sistema de tracción a las cuatro rueda,s en cuyo caso sólo podrá optarse por el cambio manual de seis relaciones.

Por otro lado, la gama toma forma en torno a cinco niveles de acabado: Visia, Acenta, N-Connecta, Tekna y el nuevo Tekna Plus. Las ventas comenzarán en el mes de julio y los precios arrancan en los 21.850 euros.