Opel está camino de cerrar un capítulo en su historia. Capítulo marcado por General Motors desde finales de la década de los 20 y que ha dejado grandes modelos para el recuerdo, como el Opel Manta, el Opel Kadett o como no, el Opel Corsa que se ha fabricado en Figueruelas, Zaragoza, durante muchos años. La adquisición de la marca alemana por PSA supuso todo un bombazo, pues de entrada, el grupo automovilístico francés se colocaba como el segundo constructor de coches a nivel europeo tras Volkswagen. Además, PSA y Opel llevaban tiempo colaborando en el desarrollo de diversos modelos lo que ponía de manifiesto el posible contacto anterior que habrían podido tener ambas empresas y el interés de los franceses por la marca alemana. No veremos los primeros frutos de esta adquisición hasta 2020 como pronto, cuando debería presentarse la próxima generación del Opel Corsa, que se ha visto afectado por la absorción de Opel y retrasa su puesta en escena para adaptarse a la nueva situación y adoptar tecnología de PSA, como la plataforma y los motores de los Citroën C3 y Peugeot 208. Pero como se ha dicho, todavía queda para esto y ahora mismo, la marca se encuentra en pleno lanzamiento de varios modelos como el nuevo Opel Grandland X.
Se trata de un SUV compacto que comparte muchas cosas con el Peugeot 3008 (plataforma, motores, algunos sistemas electrónicos…) y que comenzará a venderse en España tras el verano, para el mes de septiembre con precios que parten de los 25.100 euros.
Con el Grandland X, los alemanes se adentran en un segmento que se ha colocado como uno de los más importantes de Europa, con niveles de ventas muy elevados. Tan importantes como para ‘obligar’ a casi todos los fabricantes a meterse de lleno con sus respectivas propuestas para estar en el meollo de la cuestión. Segmento por cierto dominado por el Nissan Qashqai, el intocable SUV japonés que acaba de renovarse con un pequeño restyling para seguir en la cresta el resto de su vida comercial.
Respecto al Grandland X, que se presentará con motivo del Salón del Automóvil de Frankfurt, podemos ir contando algunas cosillas. Por ejemplo, cuando inicie sus ventas (los pedidos se pueden hacer desde el cinco de julio) los motores disponibles serán el 1.2 turbo de gasolina (y origen PSA) con 130 CV y el 1.6 diésel (también PSA) de 120 CV. Este último, con la posibilidad de montar cambio automático. Previsiblemente, llegarán más adelante las versiones de 150 y 180 CV del 1.6 diésel, así como el 1.6 turbo de 165 CV.
No se podrá equipar tracción total, al menos por ahora. Es posible que más adelante haya un cambio de ideas y se ofrezca en alguna versión. Lo que sí puede equipar es el sistema ‘Grip Control’, que básicamente es un control de tracción muy avanzado con varios modos de funcionamiento, que asegura un buen nivel de tracción en condiciones complicadas.
La ausencia de tracción total no será un inconveniente, el nivel de ventas de estas variantes es relativamente bajo, pero el equipamiento si se torna muy importante. Más en un mercado donde la imagen vale más que cualquier otra cosa. Por tanto, contará con cosas como el control de crucero adaptativo, iluminación LED, conectividad para smartphone de última generación como el IntelliLink o sistemas como el Opel OnStar.