Volkswagen aún sigue pendiente de lo que puede venirle encima durante los próximos meses y ya está tomando medidas para ahorrar costes por todos los lados. Vamos, que no van a dejar títere con cabeza, ya que la empresa puede irse a pique por toda una serie de trampas que en lugar de hacerles ganar, les ha llevado sin freno a una catástrofe bastante importante, una de las más grandes del sector del automóvil en los últimos años. Además, ha provocado que todas las autoridades pongan patas arriba el mercado y que los fabricantes estén “bajo vigilancia” y no parece que vaya a tener un final feliz para muchos. Ya os contamos hace unos días, que Volkswagen podría tener que poner en venta algunas de sus divisiones para poder hacer frente al pago de un espectacular préstamo de 20.000 millones de euros, entre las que se comentaba Lamborghini, Bentley o Ducati, siendo ésta última la más sonada y la que sería la primera en salir del grupo automovilístico. Ahora, tras varias especulaciones en la red al parar por completo el proyecto del sustituto en agosto, el constructor alemán hace oficial que el Volkswagen Phaeton dejará de producirse en marzo de 2016 y no tendrá sustituto por el momento. Una maniobra que según Reuters, es el resultado de la nueva estrategia para reducir costes a raíz del escándalo de los motores diésel.
Esta parada de la producción se aprovechará para remodelar la planta donde actualmente se monta el modelo, que cuenta con 500 empleados, 300 de ellos dedicados en exclusiva al Phaeton y que serán trasladados desde Dresden hasta Zwickau, ubicada a unos 120 kilómetros y donde se fabrican los Golf y Passat, que ya acumulan varios meses de espera. Es un traslado temporal, hasta que la planta de Dresden vuelva a estar operativa.
La parada de producción del Phaeton pone final a una aventura que inició el ex presidente de la firma Ferdinand Piech allá por 2002 y que no ha dado buenos frutos. Actualmente se están fabricando ocho unidades al día y nunca ha conseguido ventas relevantes a pesar de que se trata de un sedán de altísima calidad, cuyas prestaciones y características son mejores en ocasiones que las de todo un Audi A8. El problema, como suele ser normal en este tipo de coches, es el logotipo que lleva en el frontal y no realmente lo que ofrece el modelo. Para su desarrollo, se gastaron más de 1.000 millones de euros nada menos y consiguió colocar a Volkswagen en lo más alto del sector aunque no hubiera mucha gente con intenciones de confiar en una firma “generalista”.
Una pena este adiós al Volkswagen Phaeton. Es un gran sedán que seguramente, podamos encontrar a buen precio en el mercado de segunda mano.