Si hay un sector o mercado donde los avances tecnológicos y la llegada de la electrónica son muy criticados, ese es el sector de la automoción. Desconocemos hasta dónde llegará el tema de los puristas en otros sectores, pero dentro del automóvil son especialmente numerosos y en ocasiones, muy radicales. Cierto es que ser un radical no es precisamente algo de lo que presumir, así que mejor no sigas hablando si te encuentras con un purista “cerrado”. Comentamos estas cosas a razón de la presentación en el Salón de Ginebra del nuevo Porsche 911 R, un coche destinado sin ninguna duda a los puristas, no a los más radicales, pero si a gran parte de ellos. Muchos seguidores de Porsche, una de las firmas con más puristas en sus filas, llevaban tiempo criticando los cambios que estaban llevando a cabo en la gama de productos, todos casi obligados por las normativas anticontaminación, por temas de consumos y por necesidades de eficiencia de combustible. Estos cambios contemplan la introducción de nuevos motores turbo en toda la gama de modelos, como el intocable 911, lo que más críticas ha provocado.

Dudamos de que como se está diciendo por la red, el coche que nos ocupa haya llegado para callar esas bocas que tanto se quejaban, sino que creemos más en una despedida por todo lo alto del motor atmosférico dentro de la gama 911 con una versión que con solo ver las fotos te pone los dientes largos. Es, básicamente, un Porsche 911 GT3 sin alerón, con cambio manual y con una decoración que recuerda a aquellos primeros 911 R de finales de los 60 destinados exclusivamente a competición.

Esta nueva versión nunca competirá. De hecho solo se fabricarán 911 unidades que además están todas vendidas y no exentas de polémica, pues se rumorea que muchas han sido compradas como inversión futura. Vamos, que estamos ante una auténtica especulación de mercado para aprovecharse de que está en el top 10 de los 50 vehículos más importantes de los últimos 20 años. Que este Porsche 911 R haya levantado tanto revuelo se debe a que colgado tras el eje trasero se encuentra un motor de seis cilindros boxer, cuatro litros de cilindrada y aspiración natural, acoplado a un cambio manual de seis relaciones. El motor es el mismo del Porsche 911 GT3 RS, así como las llantas, los paragolpes o algunos elementos del bastidor, como las suspensiones, pero por el contrario, el GT3 RS equipa transmisión automática.

Son, en definitiva, 500 CV y 460 Nm atmosféricos, extraídos de un motor capaz de girar a 8.300 rpm y de torturar las gomas traseras con la ayuda de un diferencial autoblocante mecánico y no controlado electrónicamente. No obstante, cuando afirmamos más arriba que está destinado a una serie de puristas, pero no a los más radicales, es porque equipa entre otras cosas controladas electrónicamente, un eje trasero autodireccional, frenos cerámicos y toda la electrónica de asistencias a la conducción que hay actualmente en el mercado.

Aún y así, el Porsche 911 R puede presumir de ser el más ligero de toda la gama, incluso más ligero que todo un 911 GT3 RS, a quien aventaja en 50 kg parando la báscula en 1.370 kg.

Javi Martín