Los temas sobre contaminación y emisiones son el pan de cada día, los coches híbridos, aquellos con motor de combustión interna y otro eléctrico son algo común y además, muy aceptados. Los eléctricos siguen evolucionando para poder ofrecer algo real frente a los automóviles convencionales y desde hace tiempo, existen coches con motores que funcionan con hidrógeno, algo que se ha postulado como la alternativa real a los motores de combustión de aquí a un tiempo. De hecho, muchos expertos ya lo decían hace muchos años, el hidrógeno es el futuro de la automoción. Y no hablo de cinco o seis años, hablamos de lo menos 10 años que se lleva afirmando que el hidrógeno será la solución. Hay marcas como BMW que llevan trabajando bastante tiempo con esta posibilidad, solo hay que ver los BMW Hydrogen 7 o el espectacular BMW H2R con el que se logró algún récord que otro. Toyota también ha trabajado sobre ello y ha puesto en la calle el Toyota Mirai, que se mueve gracias a una pila de combustible (funciona usando hidrógeno para generar electricidad) y Honda hizo lo propio algo antes con el Honda FCX Clarity que también usa pila de combustible. El problema, aparte del coste de conseguir hidrógeno, es que estos coches, tanto el Honda como el Toyota, los únicos que circulan de manera legal por carreras, son especialmente caros, sobre todo el Toyota, que supera los 50.000 euros. Por eso destaca el prototipo presentado por la empresa británica Riversimple, al que han llamado Rasa y que se mueve gracias a una pila de combustible.
Se trata de un pequeño vehículo de dos plazas, 96 km/h de velocidad punta y un consumo que equivaldría a 0,9 litros de gasolina a los 100 km. de media. Es un coche eminentemente urbano, justo donde más se contamina y donde hay que empezar a trabajar seriamente para contener las emisiones, que en este pequeño prototipo son única y exclusivamente vapor de agua y por lo tanto, no contamina durante su utilización. Hay que tener en cuenta que no se habla de cómo lo fabrican, pero la gran mayoría de la energía que se consume actualmente para casi todo, como la electricidad que tenemos en casa o la usada en las fábricas proviene de quemar carbón, es decir, que se contamina durante su fabricación.
El peso del Riversimple Rasa es bastante contenido, 580 kg, gracias a que usa un chasis monocasco de fibra de carbono, anunciando además una autonomía de 483 km., pudiendo repostar en tres minutos, toda una gozada de la que no pueden disfrutar los coches con motor eléctrico, cuyas cargas en el 90% de los casos no bajan de las seis horas. No obstante, el suministro de hidrógeno es todavía muy precario y las “hidrogeneras” no son numerosas, sino todo lo contrario.
El Riversimple Rasa ha sido diseñado por Chris Reitz, uno de los principales diseñadores de coches europeos y se van a fabricar 20 unidades para continuar con su desarrollo, que debería estar terminado para 2018 cuando comenzaría a estar disponible para los posibles interesados, aunque no estará a la venta, sino en una especie de renting. La empresa se hará cargo de los gastos del seguro, reparaciones, mantenimiento y combustible a cambio de una cantidad al mes, que se acordaría según el kilometraje que recorriera cada interesado. No se podrá comprar el coche, únicamente cambiarlo por uno nuevo o devolverlo cuando terminara el periodo acordado.