Todo apunta hacia un futuro electrificado para la industria del automóvil. Mercedes trabaja en su gama que será identificada con la letra Q, BMW lanzará dentro de poco un Serie 3 eléctrico acompañado de otro modelo de MINI de similares características. Renault sigue desarrollando el ZOE apareciendo rumores de una posible versión ‘Renault Sport’ del modelo y ahora, por fin, llega el Tesla Model 3 a las tiendas.
Para muchos, el Tesla Model 3 es ‘el coche del siglo’. Un automóvil muy importante para el sector y que podría marcar el devenir de las cosas de ir las cosas como van. Sólo como dato ilustrativo, comentar que actualmente, el Tesla Model 3 que se presentó en abril de 2016 acumula cientos de miles de pre reservas (a 1.000 euros cada una) habiéndose convertido en el lanzamiento de mayor éxito en toda la historia del automóvil.
No es de extrañar, por tanto, que la propia marca tenga unas expectativas muy elevadas respecto al modelo. Pretenden entregar antes de que finalice el año, un total de 20.000 unidades. Cifra muy elevada para una marca como Tesla, con un proceso de fabricación de menor volumen que los típicos generalistas. Pero también es verdad que Tesla es el ‘Apple de los coches’ y pocos compradores se quejarán si hay retrasos en las entregas. Es lo que tiene acumular una imagen como la que han logrado en la firma norteamericana.
Que se convierta en una marca de culto como Apple puede ser un problema, pero también un enorme beneficio. El único inconveniente es que hay muchas marcas fijándose en todo lo que hacen en Tesla, afectando a la evolución del sector y a la evolución del coche eléctrico. Por ahora, teniendo los Tesla Model S y Tesla Model X como referencia, las cosas han ido bastante bien y su existencia ha sido un aliciente para el resto de marcas que se han puesto manos a la obra con sus respectivos coches eléctricos.
De todas formas, lo más importante son las prestaciones que ofrecerá este sedán mediano americano. Habrá dos versiones: la estándar con 356 kilómetros de autonomía según el ciclo de homologación americano (más realista que el europeo) y otra que tendrá 500 kilómetros de radio de acción. Ambas variantes bajan de los seis segundos en el sprint de 0 a 100 km/h y superan los 200 km/h de velocidad punta (207 km/h el estándar y 225 km/h el de mayor rango).
Sorprende ver que hay una ausencia total de botones y mandos en el habitáculo, centrado casi en exclusiva en una pantalla de 15 pulgadas que acoge todos los controles de los diferentes sistemas. La sensación de coche tecnológico es brutal, pero también resulta muy extraño ver un salpicadero tan sumamente simple, con un enorme monitor en medio de todo.
Todavía no hay precios para España, pero en Estados Unidos parten de los 35.000 dólares, unos 31.000 euros. Por otro lado, cuando comiencen las ventas en nuestro país, se podrá acoger al Plan MOVEA, que disfruta de ayudas de hasta 5.500 euros para la compra de vehículos eléctricos cuyo precio no supere los 32.000 euros (sin IVA) y con una autonomía que llegue a más de 90 kilómetros.