La expansión de los SUV no es un tema nuevo, aunque sí de última actualidad. Son el segmento más fuerte, el de mayor atención y el que acoge las principales novedades, como el Toyota CH-R. Se trata de un tipo de coche con un éxito arrollador. No obstante, los todoterrenos de toda la vida aún resisten el envite y cuentan con representantes en el mercado. Hay muchos que han dicho adiós (por el momento) y otros que sólo se montan bajo pedido, pero siguen en pie. Modelos como nuestro protagonista, el Toyota Land Cruiser, son los dignos defensores del segmento todoterreno, coches que mantienen sus características fuera del asfalto sin merma o con la mínima posible, aunque han necesitado adaptarse para no verse afectados por la oleada SUV como ha ocurrido con otros. Ahora, los todoterreno son modelos más refinados, más lujosos y más elegantes. Ya no son tan rudos y toscos, ni tan incómodos cuando circulan por carretera.
Todo eso no quiere decir que se pierdan capacidades. Por ejemplo, el nuevo Toyota Land Cruiser cuenta con un ángulo de ataque de 31º. El ángulo de salida es de 25º. El ángulo ventral alcanza los 22º y la altura libre al suelo, siempre dependiendo de si el chasis largo o el corto, alcanzan los 21,5 o los 20,5 centímetros respectivamente. Cotas que ningún SUV puede ofrecer. Ni siquiera parecidas. Además, el Land Cruiser conserva el tradicional chasis con carrocería separada que permite un mejor comportamiento en conducción off road.
No se trata de un cambio completo, no es un modelo nuevo. Es una evolución, un restyling profundo para mejorar ciertos apartados y hacer del Land Cruiser un todoterreno más interesante. Toyota comenta que el capó es de nueva factura, diseñado para mejorar la visibilidad hacia delante. Las aletas laterales se han elevado para que puedan ser controladas por el conductor y así, poder calcular mejor sus dimensiones en ciertas maniobras. Los faros son nuevos y están más altos para mejorar el alumbrado y también se cambia la calandra.
Todo el habitáculo es nuevo, a excepción de algunos mandos lógicamente. El diseño del salpicadero, del volante, consola central, paneles de las puertas… todo es nuevo y con materiales de mejor calidad. Se ha trabajado en los ajustes, aunque esto es algo que Toyota domina bastante bien y puede presumir de buenos niveles de acabado. Sobre todo en modelos como el Toyota Land Cruiser, uno de los máximos exponentes de la marca.
Uno de los máximos exponentes en cuanto a calidad de fabricación, capacidades e imagen, que no en cuanto a tecnología pues bajo el capó sólo hay un motor disponible: el 2.8 D4-D de 177 CV con cambio manual (o automático) de seis relaciones, tracción total y reductora. No hay motor híbrido, que suponen el estandarte actual de la marca en el mercado y la mayor apuesta de la compañía. No se ha comentado nada respecto a otras motorizaciones.
El Toyota Land Cruiser lleva en liza desde 1954 y es de los pocos todoterreno que aguantan en el mercado junto al JEEP Wrangler, al que le quedan dos telediarios para renovarse, al Mercedes Clase G, que se trata de uno de los automóviles más especiales del mercado o bien, junto al Mitsubishi Montero, aunque este no es lo que era y ha flojeado un poco en algunos apartados.