A Volkswagen le va a salir cara la broma del dieselgate, nada menos que 15.000 millones de dólares, una cifra que es completamente mareante y puede suponer un gran problema para la firma. Recordemos que a finales del año pasado, la marca obtenía un préstamo por 20.000 millones de 13 entidades bancarias para poder hacer frente a lo que estaba por venir y así de golpe, ya se han quedado sin 15.000 millones.
Con esa espectacular cantidad tendrán que cubrir varias cosas. Por un lado, 10.000 millones irán destinados a la recompra de los coches afectados, pero solamente a los equipados con motores de cuatro cilindros y además están obligados a pagar el precio de mercado que tenían antes de que todo esto ocurriera, es decir, la tasación tendrá en cuenta los baremos anteriores a septiembre de 2015.
No obstante, los clientes tienen hasta diciembre de 2018 para tomar la decisión de si venden o no venden el coche a Volkswagen, viéndose obligados en caso negativo a llevar el coche a un taller oficial de la marca para que les instalen las soluciones técnicas que aprobaron desde la Agencia Medioambiental de Estados Unidos (EPA), pero que afectarán tanto a las prestaciones como al consumo.
Los propietarios podrán seguir con las pesquisas abiertas por su cuenta contra la marca, ya que ésta ha sido denunciada por el Gobierno del país por delito medioambiental, mientras que en el caso de particulares es un caso de estafa comercial, al no ofrecer lo que anunciaba la publicidad, que Estados Unidos afirmaban que era modelos “Clean Diesel” y que incluso mejoraban la calidad del aire respecto a sus rivales.
No sabemos qué ocurrirá con los coches hasta que los clientes tomen su decisión ni qué pasará con las unidades recompradas. En principio, podrían volverse a vender en Estados Unidos siempre y cuando la EPA dé el visto bueno al cumplir con la normativa vigente, pero también podrían venderse en otros países donde el control de la polución sea un poco más permisivo.
Pero esto no es todo, ya que de los 5.000 millones de dólares restantes, Volkswagen tendrá que pagar 2.700 millones a la EPA por los daños medioambientales causados, mientras que invertirá otros 2.000 millones en el desarrollo de nuevos modelos “limpios”.
En Europa no habrá compensación ninguna, sólo se procederá a la reparación de los 8,5 millones de vehículos afectados y nada más, que según Volkswagen, “aquí no hay un empeoramiento de óxidos de nitrógeno, dióxido de carbono o consumo, ruido o características de conducción. En Estados Unidos, por ejemplo, las medidas técnicas exigidas son mucho más laboriosas y posiblemente más diferenciadas en sus efectos”.
Javi Martín