Lo que está ocurriendo con Volkswagen parece ya de traca. Los problemas no vienen solos, le salen como enanos, se le acumulan y alcanzan cifras de dinero con las que viviríamos la gran mayoría durante mucho tiempo. Por ahora tenemos el escándalo de los motores “trucados” que le saldrá por unos 15.000 millones de euros, una cantidad de dinero que es mareante y a la que se suma una nueva demanda por parte de proveedores que además, está obligando a paradas de producción en el Volkswagen Golf. Lo dicho, de traca. No nos olvidamos de los problemas de hackeo de unos 100 millones de unidades, pero eso por ahora no les costará ni un duro, así que lo dejamos a un lado.
Estos nuevos enanos que le salen a Volkswagen son ES Automobilguss y CAR TRIM, filiales del Grupo Prevent que surten a la firma de materiales para la fabricación de algunos modelos, como telas y cuero para los asientos (CAR TRIM) y componentes para la caja de cambios (ES Automobileguss). Empresas que reclaman a Volkswagen la nada despreciable cifra de 500 millones de euros como compensación tras la ruptura unilateral del acuerdo que debería entrar en funcionamiento el año que viene y que les ha obligado a obras de adaptación, que junto algunas matrices, ahora no servirán de nada.
Para meter presión a Volkswagen y así obligar a cerrar un nuevo acuerdo o para salvar el ya establecido para el año que viene, el Grupo Prevent ha detenido completamente el suministro de componentes a la firma alemana lo que a su vez, ha obligado a la parada de producción por falta de esos componentes, que no permiten terminar los coches. Podría no parecer gran cosa cuando Volkswagen está fabricando miles de coches diarios, pero es que el modelo más afectado por este nuevo problema es el Volkswagen Golf, el principal pilar de las ventas de la marca y ya hay quien augura 100 millones de pérdidas semanales con esta parada de producción. Además, el mayor constructor de coches europeo se ve bajo una nueva demanda por parte del Grupo Prevent.
Al parecer, el pasado viernes día 19 ya se tuvo que detener la producción en la planta de Emden, donde se monta el Passat y de donde salen diariamente 1.250 coches, ya que no habían llegado algunas piezas necesarias. Ahora la parada afecta a otras plantas de cierta importancia entre las que destaca la de Wolfsburgo, donde se montan el Golf y el Tiguan a un ritmo de 3.800 coches diarios.
El Volkswagen Golf es la piedra angular de la marca, el pilar de sus ventas y de su estrategia y solo en lo que llevamos de 2016 se han vendido 261.776 unidades en toda Europa, lo que supone un aumento del 1% frente al año 2015. Como estas cifras no pueden bajar, ya que las pérdidas como ya se ha comentado serían importantes, Volkswagen ha recurrido la demanda y encima, ha ganado, recibiendo la razón del juez y viendo cómo los proveedores son obligados a reanudar el suministro, algo que no ha ocurrido en ningún momento. El fabricante tiene la potestad, según el juzgado, de incautar los materiales y componentes necesarios para asegurar la producción y con ello los salarios de los empleados si es necesario, algo que tampoco ha sido llevado a cabo por parte de Volkswagen, ya que están incumpliendo un contrato que está todavía en vigor.
Resulta muy raro que Volkswagen no haya hecho del poder otorgado por el juez para asegurar la producción y los sueldos de los trabajadores, pero han aparecido unos rumores desde el diario alemán Bild que afirman que la demanda del Volkswagen Golf no está siendo la esperada y que se había programado una serie de paradas en la producción en octubre y en diciembre, lo que convierte a este suceso en un momento oportuno para llevar a cabo esas paradas y por eso no se ha procedido a llevar a cabo las acciones a las que el juez les permite.
Según comentarios desde los proveedores, ellos no son responsables de la crisis de Volkswagen ni de la reducción de jornada y recalcan que seguirán sin suministrar hasta que se resuelva el litigio. Además, acusan al fabricante de haber roto contratos sin motivo y sin preaviso.
Javi Martín