A Volvo se la conoce por la seguridad de sus coches, algo que la propia marca se encarga de potenciar. También se la conoce por sus diseños, siempre muy cuadrados, con profusión de líneas rectas y además, por la experiencia y tradición de la firma con las carrocerías familiares. Como muestra, la participación de la marca en el Campeonato de Turismos Británico (BTCC) con un Volvo 850 Estate, cuya repercusión en los medios fue brutal, aunque no lograra mejores resultados que un tercero en carrera. Por eso, cuando lanzaron el Volvo V90 no sorprendió a nadie lo bien resuelto y lo atractivo de su imagen, que bien está basado y con toda lógica, en el espectacular S90, los diseñadores han sabido lograr un buen equilibrio entre imagen y capacidad. Ahora, este V90 evoluciona y recibe una nueva versión que también es muy característica de Volvo tras unos 20 años ofreciéndola: la Cross Country, la versión crossover de sus familiares.
El primer modelo de Volvo en proponer una versión crossover sobre la variante familiar fue el Volvo V70 XC, que lucía protecciones de plástico en la carrocería, una mayor altura libre al suelo y el empleo de la tracción total. Fue un éxito, ya que la demanda llegó alcanzar el 20% de las ventas del Volvo V70. Los Cross Country siempre han sido modelos bastante interesantes frente a los SUV y coches realmente versátiles, por eso el S60 Cross Country, el sedán crossover que la firma puso en funcionamiento, ha tenido un fracaso tan aparentemente estrepitoso: su carrocería resulta menos funcional y su imagen muy extraña.
No se han visto, no obstante, nada amedrentados y se han sacado de la manga este nuevo Volvo V90 Cross Country que por cierto, no estará en el Salón del Automóvil de París ya que los suecos no acuden a la cita francesa. Como todos los Cross Country, luce los apéndices habituales de todos los crossover como son las protecciones plásticas de color negro en la carrocería, protecciones en los bajos de los paragolpes y además, se añade una nueva calandra para cambiar un poco su “mirada”.
Los Cross Country siempre han tenido cierta capacidad fuera del asfalto y el nuevo V90 Cross Country eleva su altura respecto al suelo en 65 milímetros, mientras que las vías ganan 20 milímetros de anchura delante y 40 detrás para reforzar la estabilidad. Se incluye un sistema de control de descensos y unos neumáticos desarrollados específicamente que según la marca, ofrecen una mayor adherencia fuera del asfalto, al mismo tiempo que mantienen el confort sobre este. Destacar sobre todo los 210 milímetros de altura respecto al suelo, casi más cerca de un todoterreno que de un SUV o crossover. Como comparativa, supone una cifra mayor que la ofrecida por el Subaru Outback, uno de los referentes del segmento por sus capacidades para circular por sendas y caminos de tierra.
Cuatro serán las opciones mecánicas disponibles para el Volvo V90 Cross Country, al menos por el momento, dos gasolina y dos diésel. Los gasolina son miembros de la familia Drive-E y son los T5 de 254 CV y el T6 de 320 CV, mientras que los diésel elegidos son el D4 de 190 CV y el D5 de 235 CV, todos con la única opción de la tracción total.
Los SUV son los dominadores de este segmento, donde los crossover son poco apreciados en Europa a pesar de las ventajas frente a estos, pero en Estados Unidos sí tienen mucha demanda y suponen un mercado clave para Volvo. Que sirva como ejemplo que la mitad de los Volvo V70, XC70 y Volvo V70 Cross Country se vendieron en Estados Unidos.
Javi Martín