Volkswagen demostró que sabía y podía diseñar coches bonitos, fuera de los patrones habituales de la marca con el Passat CC. Una variante del Passat lanzada en 2008 que seguía la moda imperante por entonces de los ‘cupé de cuatro puertas’. Aquella moda se basaba, sencillamente, en un sedán de líneas muy fluidas hasta cierto punto deportivas, buscando una similitud con un cupé. Buscando una similitud, un punto importante pues aunque lo vendieran (y lo siguen haciendo) como un cupé de cuatro puertas, lejos, muy lejos queda de un cupé. Es caso es que el Volkswagen Passat CC pasó a ser simplemente el Volkswagen CC queriendo alejarse del sedán alemán todo lo posible hasta que finalmente, abandonó la línea de montaje junto a modelos como el Phaeton. Dicho parón en la producción fue básicamente por motivos de rentabilidad aunque en la marca sienten cierta predilección por estos coches o sienten una atracción hacia la categoría que no pueden evitar. En el Salón de Ginebra de 2017 presentaron el Volkswagen Arteón, un cambio importante no sólo por arrancar con una nueva imagen dentro de la marca, también ocupa el lugar dejado por el CC y al mismo tiempo, el hueco del Phaeton. Es una propuesta más ‘premium’, un modelo que pretende ofrecer exclusividad con una propuesta muy diferente a lo que ha ofrecido la marca hasta ahora.
Con el Arteón, Volkswagen entra en el segmento donde batallan modelos como el Audi A5 Sportback o el BMW Serie 4 Gran Coupé, aunque resulta un poco más grande que estos (hay que ofrecer algo más, frente a una competencia de este nivel). El objetivo es el mismo tipo de cliente, pero con un planteamiento diferente e incluso más personal, con un frontal que destaca mucho sobre el resto del coche.
Recurre como buen Volkswagen a todo tipo de sinergias compartiendo con muchos modelos de VAG cosas como la plataforma MQB ( la usan desde el Volkswagen Golf hasta el SEAT Ateca pasando por el Passat) ofreciendo un coche de 4,86 metros de largo, 1,87 d ancho y 1,42 de alto. Es una línea larga, baja y bastante ancha, logrando una imagen contundente y deportiva.
Puede parecer lo contrario, pero el Volkswagen Arteón no supone una apuesta arriesgada, es un coche muy calculado. Se fabrica en la planta alemana de Emden, desde donde se exportará a los principales mercados, con regiones como China representando un fuerte filón de ventas aunque allí se comercialice el VW Phideon, el buque insignia de la marca tras la desaparición del Phaeton.
Evidentemente equipa lo último en la marca, como la instrumentación digital ‘Volkswagen digital Cockpit’ y todo tipo de tecnología de última generación en materia de asistentes de conducción y sistemas de conectividad.
Bajo el largo capó habrá motores de gasolina que parten de los 150 CV del 1.5 TSi EVO y llegan hasta los 280 CV del 2.0 TSi, que también se ofrece en versión de 190 CV. En cuanto a la polémica gama diésel, se compone igualmente de tres opciones muy similares con 150, 190 y 240 CV. Todas articuladas sobre el mismo bloque 2.0 TDi con distintas configuraciones como el más potente, que incorpora dos turbos.
El Volkswagen Arteón ya está disponible en España con tres niveles de acabado: el más básico sin denominación, el R-Line y el Elegance. Los precios parten de los 41.790 euros (sin descuentos ni promociones) para el Volkswagen Arteón 1.5 TDi de 150 CV equipado con cambio DSG de siete relaciones.